Estamos solos. Todos nosotros.
Estábamos solos cuando descubrimos el fuego, cuando escribimos la primera palabra y cuando levantamos la primera pirámide.
Estábamos solos cuando te besaba bajo aquella farola y cuando nos acariciábamos bajo las sábanas.
Estábamos solos aun estando juntos. Supongo que es porque realmente nos sentíamos así; rodeados de gente pero creyendo pertenecer a otro sitio.
"Toda esa gente solitaria, ¿de dónde viene? ¿adónde pertenece?", cantaba Paul.
Y del túnel sin salida, de lo alto del campanario y de las paredes del metro, se escucharon miles de voces que gritaban: ESTAMOS AQUÍ.
Y fueron acallados por el bullicio de aquellos que les llamaban locos.


Imaginación

¿Existen las hadas y los castillos con mazmorras, los príncipes que salvan a princesas en apuros?
¿Existe el monstruo debajo de la cama o el país de Nunca Jamás?
¿Existen los colegios de magia y los mundos dentro del armario, las batallas épicas en las que el bueno siempre triunfa y el malo es derrotado?
¿Existimos tú y yo juntos'

Sí, tal vez todo eso en mi cabeza, imaginándolo, sea posible. Pero, sencillamente, no es la realidad.

No existen las hadas y las princesas no necesitan ser salvadas por ningún príncipe, porque pueden salvarse solas.
Los monstruos debajo de la cama son bromas pesadas de la mente en la oscuridad de la noche, al final todos crecimos y nos hicimos mayores, y dentro del armario sólo guardamos nuestros secretos.
Las guerras nunca logran nada bueno, sólo muerte y destrucción, y no hay ganadores, porque todos pierden.
Y tú... bueno, tú me dijiste que no.

¿Existe Dios, el Karma, el Destino, la suerte, el Tarot?
Puede que sólo sea un juego de tu imaginación, o, simplemente, no quieres pensar que todo lo que haces es tu responsabilidad y no hay ningún Dios, Destino o cartas a los que echarles la culpa.
¿Existe un mundo sin clases sociales, sin publicidad engañosa, sin consumismo, sin marketing, sin corrupción, sin Iglesia, Rey ni Gobierno?
¿Existe la utopía?

Sólo basta con creerlo, supongo. Creerlo e imaginarlo.
Yo lo hago, ¿y tú?
Lo cantó John Lennon: Imagina a toda la gente viviendo su vida en paz... Podrás decir que soy un soñador, pero no soy el único...

Puede que un día, porque así empiezan todas las buenas historias, con ese "Érase una vez..." puede que algún día, todo esto, todo lo que hemos soñado, sea la realidad.
Mientras tanto... IMAGINEMOS
Ante mí se alza un muro.
De esos que dividen. Los ideales, los pensamientos, los sueños y ese tira y afloja que tienes siempre en tu interior, en el que tu instinto y tu odio discuten con tu conciencia y tu sentido común. Una guerra a dos bandos, en la que probablemente nadie gane.
Sólo conseguirán confundir aún más a esa cabeza tuya repleta de inseguridades, miedos e incertidumbres.
Ante mí se alza un muro, como el de Pink Floyd. Sí, justo como ese.
Y tú eres sólo otro de los ladrillos que lo forman.
Ante mí se alza un muro.
De esos que impiden el paso, por el que trepan las enredaderas del tiempo y donde ya no crecen flores.
De esos que salen en mitad de la nada, tan altos que no puedes saltarlos, tan fuertes que no puedes romperlos, tan largos que no puedes rodearlos.
Aunque sabes que tienes que cruzar al otro lado.
Ante mí se alza un muro.
Y al otro lado estás tú.
¿O tal vez tú seas el muro?